En 1922, Mlle. Viollet abrió una tienda en Paris e inventó el corte al bies. Mlle Viollet probablemente nunca había oído hablar de su compatriota S. D. Poisson y menos de su coeficiente, pero se dio cuenta intuitivamente que hay más formas de ajustar un traje que tirar de cordones o forzar imperdibles u ojales. La tela de un vestido está sometida a una tensión de tracción vertical debida a su propio peso y a los movimientos del que lo lleva; si la tela se coloca a 45º de esa tensión vertical se puede explotar la gran contracción lateral que produce y conseguir un efecto ceñido.
Esto es fácil de entender si cogemos un pañuelo o un trozo de la tela de un saco. Si tiramos en la dirección de los hilos, la tela se alargara muy poco. Es rígido a tracción. Además vemos que no existe contracción trasversal por efecto de la tracción. Por lo tanto, el coeficiente de poisson es muy bajo o nulo. Si tiramos de la tela a 45º de la dirección de los hilos es mucho mas alargable; es decir, el modulo de young a tracción es bajo. Ahora, además, existe una gran contracción transversal, de forma que, en esa dirección, el coeficiente de poisson es alto.
Por tanto si queremos minimizar los alabeos debemos conseguir que las direcciones principales vayan, tanto como sea posible, en la dirección de los hilos. Esto implica normalmente cortar el material “al hilo”. Si por alguna circunstancia la tela queda traccionada a 45º, es decir, al bies, tendremos alargamientos muy grandes que serán, sin embargo, simétricos. Pero si somos tan poco hábiles que permitimos que la tela quede traccionada en alguna dirección intermedia, no solo tendremos alargamientos grandes, sino que además serán asimétricos. De esta forma la ropa quedar arrugada y con una imagen poco estética.
Una tensión a cortante es simplemente una tracción combinada con una compresión actuando a 45º de su dirección.
Las telas son escasamente capaces de resistir esfuerzos de compresión actuando en su plano, y por tanto, cuando se les hace trabajar a cortante se arrugan, esto es conocido como “campo de tensiones de Wagner”.
Aun más común es este mismo fenómeno en las telas de los vestidos. En el mundo de la moda no se conoce el campo de tensiones de Wagner pero si hablan de la caída de una tela. La caída de una tela depende básicamente de su modulo de rigidez. En general, cuanto mas bajos sea el modulo de rigidez del material, mas baja es la tendencia del tejido a tener una arruga poco deseada. Por ejemplo, el raso y el crepé tienen el modulo de young y el modulo de rigidez bajo, de forma que se puede ceñir fácilmente al cuerpo. (Nótese en las fotos como los pliegues verticales están producidos por la existencia de un campo de tensiones de Wagner).
De la misma forma la piel de los jóvenes tiene un modulo de rigidez bajo y por tanto se ajusta fácilmente a la forma del cuerpo. Con los años, la piel se vuelve más rígida a cortante, generándose las arrugas de la tela de nuestro vestido.